total no te hace falta
con tan linda sonrisa.
Después arrancaron los dientes
también están de más
porque las que ladran
nunca muerden.
Con fingidas caricias
a jirones arrancaron la piel
hasta ver carne viva
que siguieron mascando
sin dejar de ponderar
la ternura y la delicia.
Para cada una de las tripas
y huesos encontraron
distintas evasivas:
éste para sostener
abierta la ventana,
aquella para atar
la endeble estantería,
este último lo guardo
para que no lo pierdas
en otra despedida...
Y quedó el corazón
latiendo sólo dolor
y desencanto
recién entonces lo obligaron
a seguir palpitando
porque para eso es
que te dieron la vida
y tenés que vivirla.
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