—¿Y cómo lo viven tus otros hermanos y tu mamá?
—Todos nos liberamos de Etchecolatz después de que
cayó preso por primera vez, allá por 1984. Vivíamos en Brasil porque era
jefe de seguridad de los Bunge y Born, y regresó pensando que era un
trámite, como si la Justicia no le llegara a los talones. Al principio
lo visitábamos, pero después mi madre, María Cristina, pudo decirle en
la cara que íbamos a dejar de verlo. Ella siempre nos protegió de ese
monstruo, si no hubiera sido por su amor, no podríamos haber hecho una
vida. Y mis hermanos J.M. y F.M. se fueron a vivir lejos de Buenos
Aires, cada uno hizo su familia, ahora somos muy unidos. Mi mamá se casó
con un hombre que ama, y está en el exterior. Nadie llegó a lo que yo
llegué, pero me apoyan.
https://www.revistaanfibia.com/cronica/marche-contra-mi-padre-genocida/#content
Formulario de contacto
viernes, 12 de mayo de 2017
sábado, 6 de mayo de 2017
Túnel del tiempo
Me resisto a seguir caminando las calles de un país donde asesinos como Astiz puede volver a andar libremente
Suscribirse a:
Entradas (Atom)