Formulario de contacto
miércoles, 17 de junio de 2015
lunes, 15 de junio de 2015
domingo, 14 de junio de 2015
Carta abierta de María Elena Walsh a una compatriota (1973)
Querría empezar esta carta llamándote hermana, sea cual fuere tu edad y tu condición social. En realidad el parentesco es novedoso, un descubrimiento reciente del Movimiento de Liberación Femenina. Hasta ahora, sólo fueron hermanas las monjas, y al parecer no por ser hijas del mismo padre sino por ser esposas del mismo esposo ¿no? Porque hijos de Tata Dios somos todos. En la Gran Familia Argentina los varones fraternizan, se abrazan ruidosamente, se llaman ¡Hermano! con tanguero fervor, y en el paroxismo de la pasión fraterna llegan a desnudar a los futbolistas en plena cancha. Pero las mujeres nunca hemos sido hermanas sino entes aislados, parias sociales, menores de edad instigadas a traicionarse.
A pesar de todo, nos ha hermanado nuestra común condición de sombras, nuestro condicionamiento como satélites sujetas a implacables reglamentos. En materia de política venimos compartiendo demasiados sobresaltos y bastantes angustias. Es verdad que también las pasan nuestros varones, pero también es verdad que son ellos quienes las fabrican. Querría decirte hermana, en fin, porque supongo que estás tan harta como yo de paternalismos y no es cuestión de que, aprovechando la invitación de la revista EXTRA a dialogar con vos, me trepe a un púlpito ´´maternalista´´ para endilgarte reprimendas y sugerencias, por no decir amenazas, como las que recibimos a diario desde todos los frentes.
Querría compartir con vos algunas incertidumbres, algunas indignaciones y algo que ha pasado a ser desesperación. O, para decirlo con una frase que muchachos graciosos podrían atribuirnos: —´´Querida ¿qué disfraz nos cosemos para estos carnavales preelectorales?´´ Porque las mujeres siempre estamos obligadas a disfrazarnos de algo para poder sobrevivir, Si sos militante de algún partido nada tengo que decirte, sino que te deseo buena salud y que aprendas karate. Y que trates de no equivocarte, porque el error de un hombre —aunque sea un error a mano armada— no es más que un simple error ´´¡es humano!´´ Pero el error de una mujer es una afrenta pública y sirve a la generalización: ´´las mujeres no están capacitadas... etc.´´.
Pero es posible que no milites ni creas, ya demasiado en plataformas, candidatos ni alocuciones. Seas quien fueres, estás sosteniendo un sistema que se cae de podrido, en tu doble calidad de víctima y de cómplice.
Sobre tus hombros el sistema descansa tranquilo, y por eso te recomienda tranquilidad, ´´femineidad´´, que no te amachones abandonando los ruleros y usando la cabecita loca para pensar. Porque gracias a tu acrobática economía sobrevivimos, porque permites a los hombres, con tu mano de obra gratuita y/o peor remunerada, a soportar una situación que sin tu sacrificio seria intolerable y los obligaría a combatirla con mayor puntería y celeridad. Seas quien fueres, brillas por tu ausencia en este período preelectoral. No estás en función de candidata, ni de dirigente gremial, ni siquiera como opinante, salvo rarísimas excepciones. Y lo que es más grave, cuando sos excepción y algún partido te permite integrarte para algo más que pegar estampillas y hacer café, tenes miedo —con razón— de representar a tus congéneres y pareces un simple testaferro de los intereses machistas y jugás a tu propia traición.
Naturalmente, algunos muchachos nos critican la indiferencia y la abstención, y las aprovechan para consolidar sus ancestrales argumentos: ´´La mujer no está preparado para actuar en política, su Destino es el hogar, etc.´´ Los mismos muchachos no suelen preguntarse por qué ningún presidiario triunfa en los Juegos Olímpicos, o por qué el gremio de chapistas no ha dado ningún escritor de la talla de Mujica Láinez. O, para ejemplificarlo mejor con una frase atribuida a Bernard Shaw: ´´Los norteamericanos blancos condenaron a los negros nada más que a lustrar zapatos luego se pasaron la vida diciendo que los negros no servían más que para lustrabotas´´. Y esto me hace meditar en otra frase célebre: ´´Hay que educar al soberano´´. Con la fragilidad mental propia de mi sexo no recuerdo si la dijo Sarmiento o Tu Sam. (Consulto el Manual de Zonceras de don Jauretche: sí, fue Sarmiento en uno de sus días nublados). ¿Hay que educar al pueblo o devolverle la cultura que miserablemente le robaron quienes la usan para mantenerlo en la oscuridad y la indigencia? ¿Hay que educar, preparar a las mujeres o dejarlas ser dueñas de sus vidas, restituyéndoles las energías que les saquean, embruteciéndolas? ¿Deben prepararse o lo han estado siempre sin que las dejaran ejercer? ´´¡Las mujeres no están preparadas!´´ ´´¡La intuición, virtud esencialmente femenina!´´ ¿Y nadie dijo que hay que capar a los cretinos, para que no se sigan reproduciendo y produciendo conceptos como éstos? La cultura capitalista, su psicología dirigida, sus medios de difusión, sus revistas femeninas (con las que habría que hacer una pira en Plaza Mayo y quemarles el traste a sus editores), todo el aire que respiramos está contaminado de la misma falacia: la Natural incapacidad y subordinación de la mujer. Y fueron mujeres y niños los primeros seres humanos a los que explotó a muerte la Era Industrial, arrancándolos por la fuerza del Sacrosanto Hogar. Y es nuestro mundo Occidental y Cristiano el que no permite a la mujer trabajadora disfrutar sin angustias de la maternidad, el que apaña burdeles y dos morales, una para damas y otra para caballeros, el que se escandaliza de actos terroristas pero hace la vista gorda ante todos los atropellos cometidos contra el cuerpo de la mujer.
´´Las mujeres no se dan cuenta de cuánto las odian los hombres´´, dijo una feminista. Tiene algunas ideas bastante ambiguas, pero se le escapó esta frase donde llama a las cosas por su nombre. Marginación, postergación, misoginia, no son sino eufemismos que suavizan una realidad llamada odio. Punto.
Con una estrategia típica de todo agresor con cola de paja, suelen defenderse por la acusación: —´´¡Pero ustedes las feministas odian a los hombres, les declaran la guerra a los hombres!´´ Las feministas no tenemos odio, tenemos bronca. El odio —con los fierros, sean armas o moneda— es cosa de hombres. Estamos hartas de odio, aunque venga empaquetado en sublimaciones y piropos. No hemos declarado la guerra, sino que señalamos que existe y tiene los años de nuestra civilización. Nos defendimos como pudimos , a veces con malas artes, por lo tanto es mejor que ahora parezca una guerra abierta, limpia, esta que declaramos contra todas las formas de la arrogancia machista. La guerrilla de la artimaña, el repliegue y la comodidad no hace sino reproducir series de esposas ´´achanchadas´´ y madres castradoras.
El Movimiento de Liberación Femenina es una ideología revolucionaria, no exprimida de libracos apolillados sino del cotidiano martirio de la mitad de la humanidad. Nace en las ferias y junto a las bateas, a la vera de las camillas de ginecólogos carniceros y a contrapelo de los viejitos célibes de! Vaticano que vienen diagramando la conducta sexual según conviene a los intereses de los capitales y a las fluctuaciones del mercado bélico.
No es un entretenimiento destinado a distraer de la liberación de los pueblos, sino que esa liberación es mentira mientras la determinen exclusivamente los varones. Así como ya no es posible pensar en términos previos a Marx o Freud (por no decir a Galileo y a Colón), tampoco es posible seguir pensando sin erradicar de cuajo los prejuicio sexistas, base y modelo de toda opresión.
Causan gracia, por no decir otra cosa, las declaraciones apresuradas de algunos de Ios candidatos: ´´La mujer, durante nuestro gobierno, gozará de iguales derechos ... etc.´´. Esta manera burda de captar los votos de quienes fueron olvidadas durante la confección de plataformas y de listas, causa una melancólica ternura otoñal. Promesas... ¡a mamá!
Si los dirigentes se propusieran solucionar los problemas de la mujer tendrían que empezar por conocerlos. Y, que yo sepa, las mujeres no hemos sido convocadas para traerlos a luz, valga la femenina expresión. Y mucho menos las brujas sospechosas de feministas, que son todas feas y viejas (en cambio nuestros dirigentes son todos jóvenes y hermosos ... Rucci tiene un no sé qué de Paul Newman ¿viste?).
Darán las soluciones que ELLOS consideren oportunas, y siempre que no molesten a la Curia, las Fuerzas Armadas, las Compañías Petroleras, el Rotary Club, la masa societaria de Boca Juniors y el Centro de Damas-con-las-cabecitas-reducidas-por-los-Jíbaros. Eso si, alguna señora será nombrada subsecretaria de la Intendencia de Saladillo, y con eso quedará demostrado que la Mujer Sabe y Puede y Que La Dejen.
Así como ahora nos dejan usar pantalones para compensar la falta de autoridad real, es posible que nuestros próximos gobernantes nos concedan algunos beneficios. Y bienvenida sea toda reforma, si remedia urgentes dramas que no pueden esperar. Pero ya sabemos que la política del Gatopardo no sirve a la larga sino para reforzar él statu quo: es bueno conceder una que otra mejora accesoria para seguir escamoteando lo esencial: la definitiva liquidación de las barreras de clase y de sexo.
El Movimiento de Liberación Femenina no se conforma con paliativos, aunque no tenga más remedio que aprobarlos en primera instancia. Tampoco busca a ciegas la igualdad con el hombre (¿igualdad en fuerza bruta, en tácticas de opresión, en fracasos?). Lucha para conquistar una absoluta autodeterminación, para acabar con el reparto de privilegios, funciones y sanciones según el sexo, para construir a la larga una nueva civilización, humana y cooperativa. Las mujeres, como los negros, los colonizados, la clase trabajadora, a medida que tomamos conciencia, menos queremos dádivas queremos lo que nos pertenece por-derecho y nos arrebatan día a día, es decir, TODO. Las mujeres, que fuimos custodias de la vida —para que fuera rifada en guerras— queremos más que nunca defenderla de los fabricantes de muerte. Pero según, cómo y cuándo lo determinemos nosotras.
Una de las más perfectas y sutiles perfidias de nuestra sociedad es el condicionamiento y la esterilización mental de las mujeres y los niños. Pero luchar contra ella es la lucha de todas las mujeres. Como cumplo con el pacto de no aconsejarte, y menos en estos momentos de apresurado proselitismo, no te pido que te conviertas en improvisada militante. Pero tengo la obligación de decirte que procures saber de qué se trata, desconfiando de las admirables cátedras de ignorancia que pueden darte los medios de difusión.
Releo esta carta escrita al correr de la máquina y supongo que puede resultarte agresiva. Lo siento. No pude hacerla peor. Por más que aguce el estilo me es imposible reflejar la agresividad de una villa de emergencia, de un aborto clandestino, de los precios de la farmacia. Estos ingredientes configuran un naufragio en el que las mujeres y los chicos entran primeros. Así como en los éxitos nacionales nos colamos por la retaguardia. Gracias, caballeros. Creo que en este juego de los votos, como en tantos otros, las mujeres no somos nadie. Creo que nuestro partido se jugará, a la larga, en otro frente. Lo que no significa que no te celebre si vas a votar con fe. Yo también la tengo, pero en vos.
www.facebook.com/notes/ela-equipo-latinoamericano-de-justicia-y-genero/maria-elena-walsh-carta-a-una-compatriota-revista-extra-7-de-marzo-de-1973/186197478075566
PD: esta carta fue escrita en 1973 y parece hablar de cosas que aún no se han superado.
A pesar de todo, nos ha hermanado nuestra común condición de sombras, nuestro condicionamiento como satélites sujetas a implacables reglamentos. En materia de política venimos compartiendo demasiados sobresaltos y bastantes angustias. Es verdad que también las pasan nuestros varones, pero también es verdad que son ellos quienes las fabrican. Querría decirte hermana, en fin, porque supongo que estás tan harta como yo de paternalismos y no es cuestión de que, aprovechando la invitación de la revista EXTRA a dialogar con vos, me trepe a un púlpito ´´maternalista´´ para endilgarte reprimendas y sugerencias, por no decir amenazas, como las que recibimos a diario desde todos los frentes.
Querría compartir con vos algunas incertidumbres, algunas indignaciones y algo que ha pasado a ser desesperación. O, para decirlo con una frase que muchachos graciosos podrían atribuirnos: —´´Querida ¿qué disfraz nos cosemos para estos carnavales preelectorales?´´ Porque las mujeres siempre estamos obligadas a disfrazarnos de algo para poder sobrevivir, Si sos militante de algún partido nada tengo que decirte, sino que te deseo buena salud y que aprendas karate. Y que trates de no equivocarte, porque el error de un hombre —aunque sea un error a mano armada— no es más que un simple error ´´¡es humano!´´ Pero el error de una mujer es una afrenta pública y sirve a la generalización: ´´las mujeres no están capacitadas... etc.´´.
Pero es posible que no milites ni creas, ya demasiado en plataformas, candidatos ni alocuciones. Seas quien fueres, estás sosteniendo un sistema que se cae de podrido, en tu doble calidad de víctima y de cómplice.
Sobre tus hombros el sistema descansa tranquilo, y por eso te recomienda tranquilidad, ´´femineidad´´, que no te amachones abandonando los ruleros y usando la cabecita loca para pensar. Porque gracias a tu acrobática economía sobrevivimos, porque permites a los hombres, con tu mano de obra gratuita y/o peor remunerada, a soportar una situación que sin tu sacrificio seria intolerable y los obligaría a combatirla con mayor puntería y celeridad. Seas quien fueres, brillas por tu ausencia en este período preelectoral. No estás en función de candidata, ni de dirigente gremial, ni siquiera como opinante, salvo rarísimas excepciones. Y lo que es más grave, cuando sos excepción y algún partido te permite integrarte para algo más que pegar estampillas y hacer café, tenes miedo —con razón— de representar a tus congéneres y pareces un simple testaferro de los intereses machistas y jugás a tu propia traición.
Naturalmente, algunos muchachos nos critican la indiferencia y la abstención, y las aprovechan para consolidar sus ancestrales argumentos: ´´La mujer no está preparado para actuar en política, su Destino es el hogar, etc.´´ Los mismos muchachos no suelen preguntarse por qué ningún presidiario triunfa en los Juegos Olímpicos, o por qué el gremio de chapistas no ha dado ningún escritor de la talla de Mujica Láinez. O, para ejemplificarlo mejor con una frase atribuida a Bernard Shaw: ´´Los norteamericanos blancos condenaron a los negros nada más que a lustrar zapatos luego se pasaron la vida diciendo que los negros no servían más que para lustrabotas´´. Y esto me hace meditar en otra frase célebre: ´´Hay que educar al soberano´´. Con la fragilidad mental propia de mi sexo no recuerdo si la dijo Sarmiento o Tu Sam. (Consulto el Manual de Zonceras de don Jauretche: sí, fue Sarmiento en uno de sus días nublados). ¿Hay que educar al pueblo o devolverle la cultura que miserablemente le robaron quienes la usan para mantenerlo en la oscuridad y la indigencia? ¿Hay que educar, preparar a las mujeres o dejarlas ser dueñas de sus vidas, restituyéndoles las energías que les saquean, embruteciéndolas? ¿Deben prepararse o lo han estado siempre sin que las dejaran ejercer? ´´¡Las mujeres no están preparadas!´´ ´´¡La intuición, virtud esencialmente femenina!´´ ¿Y nadie dijo que hay que capar a los cretinos, para que no se sigan reproduciendo y produciendo conceptos como éstos? La cultura capitalista, su psicología dirigida, sus medios de difusión, sus revistas femeninas (con las que habría que hacer una pira en Plaza Mayo y quemarles el traste a sus editores), todo el aire que respiramos está contaminado de la misma falacia: la Natural incapacidad y subordinación de la mujer. Y fueron mujeres y niños los primeros seres humanos a los que explotó a muerte la Era Industrial, arrancándolos por la fuerza del Sacrosanto Hogar. Y es nuestro mundo Occidental y Cristiano el que no permite a la mujer trabajadora disfrutar sin angustias de la maternidad, el que apaña burdeles y dos morales, una para damas y otra para caballeros, el que se escandaliza de actos terroristas pero hace la vista gorda ante todos los atropellos cometidos contra el cuerpo de la mujer.
´´Las mujeres no se dan cuenta de cuánto las odian los hombres´´, dijo una feminista. Tiene algunas ideas bastante ambiguas, pero se le escapó esta frase donde llama a las cosas por su nombre. Marginación, postergación, misoginia, no son sino eufemismos que suavizan una realidad llamada odio. Punto.
Con una estrategia típica de todo agresor con cola de paja, suelen defenderse por la acusación: —´´¡Pero ustedes las feministas odian a los hombres, les declaran la guerra a los hombres!´´ Las feministas no tenemos odio, tenemos bronca. El odio —con los fierros, sean armas o moneda— es cosa de hombres. Estamos hartas de odio, aunque venga empaquetado en sublimaciones y piropos. No hemos declarado la guerra, sino que señalamos que existe y tiene los años de nuestra civilización. Nos defendimos como pudimos , a veces con malas artes, por lo tanto es mejor que ahora parezca una guerra abierta, limpia, esta que declaramos contra todas las formas de la arrogancia machista. La guerrilla de la artimaña, el repliegue y la comodidad no hace sino reproducir series de esposas ´´achanchadas´´ y madres castradoras.
El Movimiento de Liberación Femenina es una ideología revolucionaria, no exprimida de libracos apolillados sino del cotidiano martirio de la mitad de la humanidad. Nace en las ferias y junto a las bateas, a la vera de las camillas de ginecólogos carniceros y a contrapelo de los viejitos célibes de! Vaticano que vienen diagramando la conducta sexual según conviene a los intereses de los capitales y a las fluctuaciones del mercado bélico.
No es un entretenimiento destinado a distraer de la liberación de los pueblos, sino que esa liberación es mentira mientras la determinen exclusivamente los varones. Así como ya no es posible pensar en términos previos a Marx o Freud (por no decir a Galileo y a Colón), tampoco es posible seguir pensando sin erradicar de cuajo los prejuicio sexistas, base y modelo de toda opresión.
Causan gracia, por no decir otra cosa, las declaraciones apresuradas de algunos de Ios candidatos: ´´La mujer, durante nuestro gobierno, gozará de iguales derechos ... etc.´´. Esta manera burda de captar los votos de quienes fueron olvidadas durante la confección de plataformas y de listas, causa una melancólica ternura otoñal. Promesas... ¡a mamá!
Si los dirigentes se propusieran solucionar los problemas de la mujer tendrían que empezar por conocerlos. Y, que yo sepa, las mujeres no hemos sido convocadas para traerlos a luz, valga la femenina expresión. Y mucho menos las brujas sospechosas de feministas, que son todas feas y viejas (en cambio nuestros dirigentes son todos jóvenes y hermosos ... Rucci tiene un no sé qué de Paul Newman ¿viste?).
Darán las soluciones que ELLOS consideren oportunas, y siempre que no molesten a la Curia, las Fuerzas Armadas, las Compañías Petroleras, el Rotary Club, la masa societaria de Boca Juniors y el Centro de Damas-con-las-cabecitas-reducidas-por-los-Jíbaros. Eso si, alguna señora será nombrada subsecretaria de la Intendencia de Saladillo, y con eso quedará demostrado que la Mujer Sabe y Puede y Que La Dejen.
Así como ahora nos dejan usar pantalones para compensar la falta de autoridad real, es posible que nuestros próximos gobernantes nos concedan algunos beneficios. Y bienvenida sea toda reforma, si remedia urgentes dramas que no pueden esperar. Pero ya sabemos que la política del Gatopardo no sirve a la larga sino para reforzar él statu quo: es bueno conceder una que otra mejora accesoria para seguir escamoteando lo esencial: la definitiva liquidación de las barreras de clase y de sexo.
El Movimiento de Liberación Femenina no se conforma con paliativos, aunque no tenga más remedio que aprobarlos en primera instancia. Tampoco busca a ciegas la igualdad con el hombre (¿igualdad en fuerza bruta, en tácticas de opresión, en fracasos?). Lucha para conquistar una absoluta autodeterminación, para acabar con el reparto de privilegios, funciones y sanciones según el sexo, para construir a la larga una nueva civilización, humana y cooperativa. Las mujeres, como los negros, los colonizados, la clase trabajadora, a medida que tomamos conciencia, menos queremos dádivas queremos lo que nos pertenece por-derecho y nos arrebatan día a día, es decir, TODO. Las mujeres, que fuimos custodias de la vida —para que fuera rifada en guerras— queremos más que nunca defenderla de los fabricantes de muerte. Pero según, cómo y cuándo lo determinemos nosotras.
Una de las más perfectas y sutiles perfidias de nuestra sociedad es el condicionamiento y la esterilización mental de las mujeres y los niños. Pero luchar contra ella es la lucha de todas las mujeres. Como cumplo con el pacto de no aconsejarte, y menos en estos momentos de apresurado proselitismo, no te pido que te conviertas en improvisada militante. Pero tengo la obligación de decirte que procures saber de qué se trata, desconfiando de las admirables cátedras de ignorancia que pueden darte los medios de difusión.
Releo esta carta escrita al correr de la máquina y supongo que puede resultarte agresiva. Lo siento. No pude hacerla peor. Por más que aguce el estilo me es imposible reflejar la agresividad de una villa de emergencia, de un aborto clandestino, de los precios de la farmacia. Estos ingredientes configuran un naufragio en el que las mujeres y los chicos entran primeros. Así como en los éxitos nacionales nos colamos por la retaguardia. Gracias, caballeros. Creo que en este juego de los votos, como en tantos otros, las mujeres no somos nadie. Creo que nuestro partido se jugará, a la larga, en otro frente. Lo que no significa que no te celebre si vas a votar con fe. Yo también la tengo, pero en vos.
www.facebook.com/notes/ela-equipo-latinoamericano-de-justicia-y-genero/maria-elena-walsh-carta-a-una-compatriota-revista-extra-7-de-marzo-de-1973/186197478075566
PD: esta carta fue escrita en 1973 y parece hablar de cosas que aún no se han superado.
sábado, 6 de junio de 2015
Reflejos
Y es que de todas las infinitas facetas
que tiene este diamante, hay una
la más estúpida de todas las facetas estúpidas,
que sigue reflejando esa imagen tuya
que yo quiero de vos.
que tiene este diamante, hay una
la más estúpida de todas las facetas estúpidas,
que sigue reflejando esa imagen tuya
que yo quiero de vos.
Manifiesto completo del #Niunamenos
I
En 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1.808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas sólo por ser mujeres en 2015? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta. En estos años, los femicidios dejaron cerca de 1500 niñas y niños huérfanos y algunos de ellos están obligados a convivir con los asesinos. El problema es de todos y de todas. La solución hay que construirla en conjunto. Necesitamos sumar compromisos para cambiar una cultura que tiende a pensar a la mujer como objeto de consumo y descarte y no como una persona autónoma.
El femicidio es la forma más extrema de esa violencia y atraviesa todas las clases sociales, credos e ideologías: Pero la palabra “femicidio” es, además, una categoría política, es la palabra que denuncia el modo en que la sociedad vuelve natural algo que no lo es: la violencia machista. Y la violencia machista es un tema de Derechos Humanos.
Hablamos entonces de una cultura de la violencia contra las mujeres. Hablamos de hombres que piensan que una mujer es suya y que tienen derecho sobre ella, que pueden hacer lo que quieran, y que cuando esa mujer dice NO, la amenazan, le pegan, la matan para impedir que diga NO. El femicidio es eso: marcar los cuerpos de las mujeres violentamente, y como amenaza para otras: para que las mujeres no puedan decir que no, para que renuncien a su independencia.
Aunque la gran mayoría de las mujeres que recordamos aquí fueron asesinadas por hombres de su círculo íntimo, el femicidio no es un asunto privado, es producto de una violencia social y cultural que los discursos públicos y de los medios vuelven legítima, cada vez que alguien le dice puta a una mujer porque ejerce su sexualidad libremente, cada vez que alguien la juzga por las medidas de su cuerpo, cada vez que alguien la mira con sospecha porque no quiere tener hijos, cada vez que alguien pretende reducirla simplemente al lugar de la buena esposa o la buena madre, destinada a un varón.
El femicidio es un tipo de violencia particular: no es un tema íntimo o doméstico o sólo de las mujeres. En muchos femicidios también fueron asesinados los hijos como parte del castigo proyectado sobre ellas y su propia capacidad de dar vida.
Lo privado es político. Cada mujer que se atreve a decir basta, que quiere dejar de ser víctima para convertirse en sobreviviente, desafía a toda la estructura de la violencia machista. Pero ese es su momento más vulnerable, ahí es cuando con saña se pretende ajusticiarla y es entonces cuando más necesita de otros y de otras que ayuden a sostener su decisión: redes de afecto, sociales, asistencia del Estado y un activismo político fuerte que insista en decirle que no está sola y que no es su culpa. Para que ese BASTA, que por fin pudo enunciar, se sostenga en el tiempo. Eso es, también, lo que estamos haciendo hoy, acá, en esta plaza pública.
La violencia ejercida en el ámbito doméstico se vincula con cuestiones sociales que deben ser discutidas en la esfera de la política. A diferencia de otros crímenes, el femicidio se puede leer en una cadena: encontramos crímenes casi calcados por todo el país.
Por eso, afirmamos el derecho a decir NO frente a aquello que no se desea: una pareja, un embarazo, un acto sexual, un modo de vida preestablecido. Afirmamos el derecho a decir NO a los mandatos sociales de sumisión y obediencia.
Y porque decimos NO, podemos decir sí a nuestras decisiones sobre nuestros cuerpos, nuestras vidas afectivas, nuestra sexualidad, nuestra participación en la sociedad, en el trabajo, en la política y en todas partes.
II
Los femicidios no deben tratarse como problemas de seguridad. Y la lucha contra ellos exige una respuesta múltiple, de todos los poderes del Estado y todas sus instancias -nacional, provincial, municipal- pero también precisa una respuesta de toda la sociedad civil. Y en especial una respuesta por parte de los y las periodistas, comunicadores y comunicadoras, que son quienes construyen interpelaciones públicas.
Los femicidios no deben tratarse como problemas de seguridad. Y la lucha contra ellos exige una respuesta múltiple, de todos los poderes del Estado y todas sus instancias -nacional, provincial, municipal- pero también precisa una respuesta de toda la sociedad civil. Y en especial una respuesta por parte de los y las periodistas, comunicadores y comunicadoras, que son quienes construyen interpelaciones públicas.
En 2009 y por amplia mayoría (con 174 votos afirmativos y 3 abstenciones), el Congreso nacional aprobó la Ley de Protección Integral de las Mujeres, Ley Nº 26.485, un paso importante en la lucha contra la violencia machista. Sin embargo, todavía está pendiente la reglamentación de algunos artículos, incluido el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.
Sin la reglamentación completa de la Ley, el diseño de políticas integrales y la asignación del presupuesto necesario para su instrumentación, esta herramienta lograda en 2009 resulta insuficiente para revertir el aumento de la violencia. En el país existen líneas telefónicas y oficinas especializadas para orientar y asistir a las víctimas que sufren violencia machista. No alcanzan si no son acompañadas de políticas integrales.
No existe en la Argentina un registro oficial de femicidios. Los datos que mencionamos aquí son los que releva año tras año la Organización No Gubernamental Casa del encuentro. Es fundamental contar con estadísticas oficiales. El Poder Judicial desempeña un papel en general ineficiente a la hora de dar respuesta a las víctimas. En muchas jurisdicciones, son ellas las que tienen que denunciar y luego ratificar la denuncia que hicieron en comisarías. Este sistema de doble denuncia está apoyado en la falta de confianza de la Justicia hacia las mujeres y contribuye a la impunidad del agresor.
El aporte de pruebas y testigos depende enteramente de las víctimas y, si no lo hacen, las causas quedan paralizadas y luego se archivan. Se trata de un modelo de gestión judicial de la violencia contra las mujeres que suma desprotección y que no garantiza medidas efectivas. Con la impunidad para el agresor, el Poder Judicial agrega otro tipo de violencia para la denunciante: la violencia institucional. Muchas de las víctimas de femicidios habían denunciado antes y en reiteradas ocasiones al asesino.
A tantas otras mujeres no quisieron tomarles las denuncias. Esta inercia no puede continuar. Hay mujeres golpeadas y asesinadas por afirmar sus propias decisiones. Otras están desaparecidas, víctimas del delito de trata con fines de explotación sexual o laboral, y sus destinos siguen sin conocerse. En torno a algunas de esas mujeres desaparecidas se sospechan tramas mafiosas que incluyen la participación de la justicia y de las fuerzas de seguridad. Por ellas también pedimos justicia.
El modo en que los medios, mayoritariamente, tratan el problema, debe transformarse por completo: en muchos casos culpabilizan a las víctimas de su destino: hablan de su vestimenta, sus amistades, sus modos de divertirse. En el fondo, agitan allí el “algo habrán hecho”. Necesitamos medios comprometidos en la elaboración de protocolos, además del imprescindible cumplimiento de los protocolos existentes y de los códigos de ética para las coberturas periodísticas de estos casos.
La televisión repite imágenes y palabras que ubican a las mujeres en situaciones de desigualdad, dominación y discriminación. Repite estereotipos. El tratamiento noticioso de los casos de niñas y mujeres asesinadas o desaparecidas, con la invasión de la intimidad de las víctimas y la insistencia en revelar el modus operandi del asesino, contribuyen a que el femicidio se naturalice o se lo convierta en insumo para que el show continúe. Y esto ayuda a su reproducción.
Decimos Ni una menos, con el dolor de la suma de víctimas que crece y crece. Esta convocatoria masiva, esta enorme y comprometida participación social, son un grito unánime.
Es la manera que encontramos, en todas las plazas del país, con la movilización, con el dolor común, con la preocupación y la necesidad urgente, de poner en marcha acciones coordinadas que ataquen el problema; desde el origen -la cultura machista-, y hasta el fin de la cadena: la mujer golpeada, la mujer asesinada.
El Estado y los poderes reales, junto con la ciudadanía, debemos comprometernos a perfeccionar los instrumentos para combatir la violencia contra las mujeres, nuevos esfuerzos deben sumarse, codo a codo con el esfuerzo realizado por las organizaciones de mujeres, feministas, ONGs y personas comprometidas que trabajan en esto desde hace tiempo.
Es que los derechos de unas son los derechos de todos. La preservación de la vida y las decisiones de las mujeres son ampliación de libertad para todos y para todas. Forjemos nuevos modos de convivencia, estrategias para hilar cada vez mejor la trama de la vida en común. No queremos más lágrimas de duelo y sí más avances que festejar.
No queremos más mujeres muertas por femicidio. Nos queremos vivas. A todas.
III
Pedimos, entonces, una serie de puntos ineludibles para recorrer el camino hacia Ni una menos:
1. Instrumentación en su totalidad y con la asignación de presupuesto acorde de la LEY N º 26.485 “Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. Puesta en marcha del Plan Nacional que allí se establece.
2. Recopilación y publicación de estadísticas oficiales sobre violencia hacia las mujeres incluyendo los índices de femicidios.
3. Apertura y funcionamiento pleno de Oficinas de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia en todas las provincias, con el objeto de agilizar las medidas cautelares de protección. Federalización de la línea 137.
4. Garantías para la protección de las víctimas de violencia. Implementación del monitoreo electrónico de los victimarios para asegurar que no violen las restricciones de acercamiento que impone la Justicia.
5. Garantías para el acceso de las víctimas a la Justicia. Atención de personal capacitado para recibir las denuncias en cada fiscalía y cada comisaría. Vinculación de las causas de los fueros civil y penal. Patrocinio jurídico gratuito para las víctimas durante todo el proceso judicial.
6. Garantías para el cumplimiento del derecho de la niñez con un patrocinio jurídico especializado y capacitado en la temática.
7. Creación de más Hogares/Refugio en la emergencia, Hogares de Día para víctimas, y subsidio habitacional, con una asistencia interdisciplinaria desde una perspectiva de género.
8. Incorporación y profundización en todas las currículas educativas de los diferentes niveles de la educación sexual integral con perspectiva de género, la temática de la violencia machista y dictado de talleres para prevenir noviazgos violentos.
9. Capacitaciones obligatorias en la temática de violencia machista al personal del Estado, a los agentes de seguridad y a los operadores judiciales, así como a profesionales que trabajan con la temática de violencia en diferentes dependencias oficiales de todo el país.
Todas las medidas requieren creación de instancias de monitoreo y seguimiento para su puesta en práctica y funcionamiento efectivo.
Erradicar la violencia contra las mujeres puede ser difícil pero no es imposible. Ni una menos es un grito colectivo, es meterse donde antes se miraba para otro lado, es revisar las propias prácticas, es empezar a mirarnos de otro modo unos a otras, es un compromiso social para construir un nuevo nunca más. Repetimos. No queremos más mujeres muertas por femicidio. Queremos a cada una de las mujeres vivas. A todas.
jueves, 4 de junio de 2015
Poner el cuerpo en la plaza
Un artículo en la revista Anfibia señala que "para estar en la plaza había que poner el cuerpo". Lo que sentí allí sólo se compara con el vínculo energético logrado con el grupo en alguna clase en un teatro Es sentirse parte de un organismo mayor y estar más en tu eje que nunca. Para los festejos de Mayo vi un tweet de Tenembaun "Yo envidio a la gente que todavía cree, debe ser lindo". Hoy compartí una frase de Sartre "Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad". Ayer, con la música y la luz del video, envuelta en esa energía miré al cielo y se me hizo un nudo en la garganta, porque estabamos reclamando por un estado de injusticia, más viejo que la injusticia misma.
Juntos contra la violencia
En el ímpetu por participar fui de las que llegó a horario como para internarse en la plaza y quedar amalgamada en la muchedumbre que, sin dejar de escuchar las palabras que llegaban desde el escenario, tomó conciencia allí dentro y de pronto que también eramos responsables de nuestra propia seguridad, porque no había quien la organizara sino el propio sentido común. También salí con el grupo que se desconcentró en cuanto terminaron las lecturas, desplazándonos despacio, con cuidado, conteniendo alguna presión de más, gritando "cuidado cordón" a quienes venian detrás porque ni el piso podía verse, haciendo paso cuando 2 vehículos cerraban la marcha y dejaban un cuello de botella para seguir "Ni en la doce una cosa así" escuché que dijo un pibe y se entendió. Fue una congregación contra la violencia y quedó claro para todos de lo que somos capaces cuando se unen las voluntades con una idea clara y común.
3 de junio. Día de la unidad en la lucha contra la violencia de género
La Argentina es un país extraño. Tiene, qué duda cabe, sus cosas complicadas. Pero también tiene esto: una multitudinaria movilización inédita en todo el continente contra los femicidios y la violencia de género, que reivindica los derechos a la igualdad y dignidad de todos los seres humanos. En un país donde todo hecho se interpreta desde la dicotomía política, incluyendo el gas pimienta y el escándalo de la FIFA, #NiUnaMenos logró politizar la desigualdad de género trascendiendo todas las divisiones establecidas. - See more at: http://www.revistaanfibia.com/cronica/nada-sera-igual/#sthash.OmOXGQ5x.dpuf
ENTONCES CONCHA por Luz García
Si todavía un detergente lo usa sólo una mujer
Si la cerveza está a la venta sólo para levantar minas.
Si aún escuchas la frase: “a mi novio no le gusta”.
Si encendés la tele y ves un matrimonio
que usa los beneficios de un banco,
Y él resopla su descontento
Mientras ella rompe las bolas
Y se resignan a que “eso” es amor.
Si eso te da risa.
Si el mensaje es “cuidá” a tu familia
dándole aspirinas.
Si es más importante lo blanca que quedó la
camiseta de tu esposo.
Entonces concha.
Si las mujeres siguen haciendo el coro.
Si el “igualismo” se trata de destrozar la
tarjeta del marido
Y revisar sus mensajes.
Si la confianza y los celos comienzan a ser
sinónimos.
Si la igualdad se proclama ejerciendo eso
mismo que condena.
Y ella debe rendir una materia más por ser
mujer.
Si el genérico es “él” diferenciando un
“ella”.
Si aún es puta la que coge mucho.
Entonces concha.
Si las tetas te pesan la autoestima
Y fingís orgasmos anticonflictos.
Si la que te dice no: es histérica.
Y la que te dice si: es fácil.
Si aclaras “va a haber minitas”.
Y el alfajor dice “amigos o novia, los grises
no existen”
Y todos los medios le hablan a los hombres
Menos cuando de limpieza y pañales se
trata.
Si usar un tampón te extirpa la mitad del
cerebro.
Entonces concha.
Si creés que la amistad entre mujeres no
existe
Que ellas se odian secretamente
Porque compiten por un tipo
Y si la amistad entre el hombre y la mujer
es imposible
Porque en el fondo
En el fondo ¿qué?
Si “no es femenina” o si “es un macho”
O si “llora como una nena”.
Y la Barbie sigue con tetas de silicona
yankee.
Y la prostitución se apaña como la
profesión más vieja del mundo
Entonces concha
Si las mujeres logran posiciones de poder
Pero en el fondo se sabe, son más hijas de
puta
Hijas de puta
Hijas de puta
Hijas de puta
Si el hijo es la cadena con la que atar al que
no te quiere
Mientras la violación es un secreto que
avergüenza a la víctima,
Porque:
“Por algo será”
Si tu cuerpo es el cuerpo de la Iglesia
Y temes dejar todo
Y viajar sola hacia tu propio camino
Si sufrís esperando un príncipe.
Si insistís creyendo en la princesa.
Entonces concha
Si las lesbianas te calientan porque pensás
que en el fondo quieren un macho.
Si te da miedo agarrar un destornillador.
Y ser buen padre es “ayudar” con ése bebé.
Si ganaste un máster en resignación
ante los “piropos” callejeros
Y te sentís elogiada porque te dicen
que aún “estás buena” y “además” sos inteligente
Entonces concha.
Mientras avanza todo y todo avanza
Y todo progresa en la superficie
Abajo se baila lo mismo
La fiesta de las tradiciones petrificadas
Y el parto es un milagro que muchos
prefieren burlar.
Y tener un hijo “complica todo”.
Concha.
Entonces concha
Hasta que la libertad
Nos haga subir escalones
Entonces concha
Hasta que tu risa se confunda
Con mi risa
Entonces concha
Hasta que el enojo se vuelva paz.
-Luz García- Tandil, Argentina.
Si la cerveza está a la venta sólo para levantar minas.
Si aún escuchas la frase: “a mi novio no le gusta”.
Si encendés la tele y ves un matrimonio
que usa los beneficios de un banco,
Y él resopla su descontento
Mientras ella rompe las bolas
Y se resignan a que “eso” es amor.
Si eso te da risa.
Si el mensaje es “cuidá” a tu familia
dándole aspirinas.
Si es más importante lo blanca que quedó la
camiseta de tu esposo.
Entonces concha.
Si las mujeres siguen haciendo el coro.
Si el “igualismo” se trata de destrozar la
tarjeta del marido
Y revisar sus mensajes.
Si la confianza y los celos comienzan a ser
sinónimos.
Si la igualdad se proclama ejerciendo eso
mismo que condena.
Y ella debe rendir una materia más por ser
mujer.
Si el genérico es “él” diferenciando un
“ella”.
Si aún es puta la que coge mucho.
Entonces concha.
Si las tetas te pesan la autoestima
Y fingís orgasmos anticonflictos.
Si la que te dice no: es histérica.
Y la que te dice si: es fácil.
Si aclaras “va a haber minitas”.
Y el alfajor dice “amigos o novia, los grises
no existen”
Y todos los medios le hablan a los hombres
Menos cuando de limpieza y pañales se
trata.
Si usar un tampón te extirpa la mitad del
cerebro.
Entonces concha.
Si creés que la amistad entre mujeres no
existe
Que ellas se odian secretamente
Porque compiten por un tipo
Y si la amistad entre el hombre y la mujer
es imposible
Porque en el fondo
En el fondo ¿qué?
Si “no es femenina” o si “es un macho”
O si “llora como una nena”.
Y la Barbie sigue con tetas de silicona
yankee.
Y la prostitución se apaña como la
profesión más vieja del mundo
Entonces concha
Si las mujeres logran posiciones de poder
Pero en el fondo se sabe, son más hijas de
puta
Hijas de puta
Hijas de puta
Hijas de puta
Si el hijo es la cadena con la que atar al que
no te quiere
Mientras la violación es un secreto que
avergüenza a la víctima,
Porque:
“Por algo será”
Si tu cuerpo es el cuerpo de la Iglesia
Y temes dejar todo
Y viajar sola hacia tu propio camino
Si sufrís esperando un príncipe.
Si insistís creyendo en la princesa.
Entonces concha
Si las lesbianas te calientan porque pensás
que en el fondo quieren un macho.
Si te da miedo agarrar un destornillador.
Y ser buen padre es “ayudar” con ése bebé.
Si ganaste un máster en resignación
ante los “piropos” callejeros
Y te sentís elogiada porque te dicen
que aún “estás buena” y “además” sos inteligente
Entonces concha.
Mientras avanza todo y todo avanza
Y todo progresa en la superficie
Abajo se baila lo mismo
La fiesta de las tradiciones petrificadas
Y el parto es un milagro que muchos
prefieren burlar.
Y tener un hijo “complica todo”.
Concha.
Entonces concha
Hasta que la libertad
Nos haga subir escalones
Entonces concha
Hasta que tu risa se confunda
Con mi risa
Entonces concha
Hasta que el enojo se vuelva paz.
-Luz García- Tandil, Argentina.
miércoles, 3 de junio de 2015
Leyes promulgadas que no se implementan. Derecho al aborto legal y asistido, ausente y con aviso.
Conozca las leyes contra la violencia de género promulgadas en los últimos años
En los últimos años el Congreso nacional y el Poder Ejecutivo promulgaron una serie de leyes y decretos para proteger a las mujeres de distintos tipos de violencia. En el siguiente artículo se repasan algunas de estas normas.
Las víctimas contra las violencias
La resolución 314/2006 creó el programa “Las víctimas contra las violencias”, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Justicia de Nación y Derechos Humanos. En este organismo funciona la línea 137 para denunciar distintos tipos de violencias. El equipo de operadores especializados atiende las 24 horas todos los días del año. Asesoran de manera telefónica e intervienen en el territorio en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Ley de trata
En 2008, la sanción de la ley 26.364 tipificó el delito de trata de personas. Hasta abril de este año el Estado Nacional rescató 8325 personas. El 51% de ellas fueron víctimas de explotación sexual, según las estadísticas del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Casi la totalidad de estas víctimas fueron mujeres.
En 2012, el Ministerio habilitó la línea gratuita 145 para recibir denuncias desde cualquier punto del territorio nacional las 24 horas del día.
Ese mismo año el Congreso discutió modificaciones a la norma ya vigente y a través de la ley 26.842 incorporó dos grandes avances: no acepta que el “consentimiento” de la víctima mayor de 18 años y exige que en todos los casos que las penas sean de cumplimiento efectivo. Además creó el Consejo Federal contra la Trata de Personas.
Ley 26.485: prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
En 2009 el poder legislativo aprobó la Ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. La norma puso en palabras las distintas violencias contra las mujeres (doméstica, institucional, laboral, libertad reproductiva, obstétrica, mediática). El Consejo Nacional de la Mujer es el organismo rector encargado del diseño de las políticas públicas para efectivizar las disposiciones de la presente ley. A través del CNM funciona la línea 144 que todos los días y en toda hora brinda contención, información y asesoramiento en violencia de género.
El artículo M de la Ley de Medios
La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada en octubre de 2009, instó a los medios en el artículo 3 inciso M a promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres, y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género u orientación sexual.
Decreto 936: chau rubro 59 de los diarios
En 2011 la presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, dicta el decreto 936 que promovió la erradicación de la difusión de mensajes e imágenes que estimulen o fomenten la explotación sexual. Puso fin al famoso rubro 59. Tras la sanción el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Nación creó la Oficina de Monitoreo que monitorea que los medios de comunicación no publiquen avisos que promuevan la oferta sexual o que soliciten personas para ejercer ese comercio. La Oficina de Monitoreo también recibe denuncias vinculadas a la publicación de ese tipo de avisos y tiene la responsabilidad de imponer sanciones por incumplimientos a lo establecido en la norma.
Femicidio en el Código Penal
En noviembre de 2012 la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la norma que agravó la pena del homicidio de una mujer o persona trans cuando esté motivado por su condición de género. El femicidio no fue incorporado como figura penal autónoma, sino como agravante.
Feminismo y solidaridad de género.
"Ser feminista es la tarea más difícil que vas a encarar, porque la opresión no es un monstruo de dos cabezas, es un sistema sutil que se pone en marcha desde que te levantás hasta que te acostás...preguntale a tus interlocutoras si se sienten feministas: la mayoría va a responder: “No”. “No me gustan los ismos”. O “no soy enemiga de los hombres”. Ser feministas les parece algo viejo y molesto. A las feministas nos dicen feminazis, brujas, locas, malas, vengativas, histéricas. Va ganando la cultura patriarcal, el machismo que pone el reclamo de igualdad en un lugar injusto y mentiroso. Para la derecha, las mujeres que se organizan y reclaman son locas hasta que se demuestre lo contrario. Y si decís que tenés derecho a decidir sobre tu cuerpo, nuestro cuerpo, que hay que debatir el aborto legal y gratuito, sos una asesina de bebés....Si vivís en Argentina, preguntate: ¿por qué matrimonio igualitario sí y aborto legal no? Se hacen 500 mil abortos al año, se practica desde hace miles y las muertes se producen en los sectores más pobres. ¿Por qué en un Estado laico es más importante la religión frente a una realidad abrumadora? Quizás es más fácil obligar a las mujeres a lo que no desean, o a lo que no pueden...El feminismo incomoda y está para eso. En el movimiento de mujeres, que no es homogénero e incluye diversas visiones políticas, no somos todas las que deberíamos ser pero es el lugar donde una no se siente sola cuando cree que los cambios han sido grandes pero no suficientes. No seas ingenua: la solidaridad de género suena muy bien en términos intelectuales. Su ejercicio en la praxis, sigue siendo una utopía. Es una de las zonas más difíciles, pero sin solidaridad femenina es imposible ganarle al patriarcado"
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/como-convertirte-en-feminista/
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/como-convertirte-en-feminista/
martes, 2 de junio de 2015
Divas y el #Niunamenos
Tal vez sea la bobina cholula que me quedó titilando de cuando trabajé en Caras, tal vez esa tendencia que tengo a ponerme en el lugar del otro y creerme que por haber estado en ese palco privilegiado de la era menemista, conozco algo más de cerca algunas cosas que se esconden detrás de la hipocresía; pero no puedo eludir el impulso de pensar en Susana, que se sacó la foto con el #Niunamenos, y en Mirtha que elige no hacerlo.
Susana, que gozó de las mieles de entrar al mundo del espectáculo como mujer objeto, fue golpeada por Monzón y dos veces estafada (también evadió impuestos y tiró un cenicero, es verdad) tiene la conciencia de víctima alojada en algún rincón de su ser.
Mirtha, que negoció con los militares para que le devuelvan a una pariente y ni chistó por el cónyuge desaparecido, que hizo expresa su homofobia aún entre los integrantes de su propia familia, prefiere tener conciencia de victimaria, por eso que siempre dice: "Si te ven bien, te tratan bien....
Susana, que gozó de las mieles de entrar al mundo del espectáculo como mujer objeto, fue golpeada por Monzón y dos veces estafada (también evadió impuestos y tiró un cenicero, es verdad) tiene la conciencia de víctima alojada en algún rincón de su ser.
Mirtha, que negoció con los militares para que le devuelvan a una pariente y ni chistó por el cónyuge desaparecido, que hizo expresa su homofobia aún entre los integrantes de su propia familia, prefiere tener conciencia de victimaria, por eso que siempre dice: "Si te ven bien, te tratan bien....
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